ANTECEDENTES DE LA AGROEXPORTACIÓN EN EL PERÚ
ANTECEDENTES DE LA AGROEXPORTACIÓN EN
EL PERÚ
La economía del país ha estado vinculada a las agroexportaciones durante
una parte importante de su historia. Hasta el siglo XVIII, las exportaciones
principales eran de metales, aunque ya se enviaba cacao a la metrópoli (1).
En las primeras décadas del siglo XIX se exportaba chancaca —producida en las
haciendas azucareras de la costa central— a Chile. Luego de la independencia,
las exportaciones agrarias adquirieron más importancia: al cacao se agregaron
el café, la cinchona (para la extracción de quinina), el algodón, el azúcar, la
lana de oveja y la fibra de alpaca. Después de la guerra con Chile, la
producción de caña de azúcar y de algodón fue el motor de la modernización de
la agricultura costeña y, también, de la formación de latifundios.
En 1930, el valor de las exportaciones de algodón, azúcar y lanas era
similar al de las que procedían de las mineras, y en los años siguientes las
superaron largamente (2). «En cualquier otro periodo de la historia del Perú
—leemos en una publicación de 1941—, de la Conquista en adelante, un estudio
sobre la economía habría debido comenzar con algún mineral o fósil; con el oro,
la plata o el guano. Hoy, el Perú es un pueblo eminentemente agrícola»(3).
En los últimos años de la década de 1950 y comienzos de la siguiente se
alcanzaron los picos de exportación de la fibra de algodón (hasta 127 000
toneladas en 1962)(4) y azúcar y derivados (638 000 toneladas en 1963) (5).
Contribuyó a ello la expansión de la frontera agrícola en la costa, con
irrigaciones, que amplió las áreas de producción de ambos cultivos: el algodón
en un 45 % y la caña en un 42 %(6).
Con la expropiación de las plantaciones cañeras y algodoneras por la
reforma agraria, ejecutada entre 1969 y parte de la década de 1970, las
exportaciones agrícolas se redujeron en forma significativa. El algodón decayó,
convirtiéndose en un cultivo de importancia secundaria, y gran parte de la
producción fue absorbida por la industria textil (7).
Otro tanto ocurrió con las lanas. En cambio, la producción y las exportaciones
de café —cultivado principalmente en la selva alta— se incrementaron a partir
del inicio de los años sesenta.
La agroexportación en tiempos recientes
En la década de 1990 se inicia un nuevo periodo en las
agroexportaciones, más amplio y diversificado que los anteriores. En términos
de valor, es una historia de éxito. Entre 1994 y 2014, el valor total de las
exportaciones agrícolas pasó de USD 476 millones a USD 5079 millones. El valor
de las exportaciones de los productos agrícolas «tradicionales» se multiplicó
por 3.4 veces, y por nueve veces el de los «no tradicionales».
El principal producto de
exportación agrario por valor es el café, seguido por el espárrago y el
conjunto de frutales. Los cultivos andinos están representados por la quinua y
la tara. La ampliación de la frontera agrícola en la costa está estrechamente ligada al incremento de las agroexportaciones «no tradicionales»: las cerca de un cuarto de millón de hectáreas incorporadas a la agricultura costeña gracias a las grandes obras de irrigación, incrementaron en más de un tercio las áreas cultivables de esta región(8).
En este crecimiento exponencial de las exportaciones han cumplido un papel muy importante las grandes empresas agroindustriales. Este proceso se ha acompañado de una verdadera revolución tecnológica y de gestión, y también de una rápida concentración de la propiedad de la tierra por corporaciones que ha dado lugar a lo que podría llamarse neolatifundio.
En la gestación y consolidación de este poderoso sector agroexportador, el Estado ha cumplido un papel decisivo al crear, a lo largo de las dos últimas décadas, favorables condiciones legales (Constitución de 1993; Ley 26505, de tierras; Ley 27360, de fomento de inversiones; entre otras), económicas (menor tasa de impuesto a la renta; importantes inversiones fiscales), sociales (régimen laboral más flexible y menos oneroso) e institucionales (agencias del Estado al servicio de la agroexportación: Prompex; agregados comerciales; ferias internacionales; delegaciones oficiales; tratados de libre comercio).
Notas
1
Anexo estadístico del Compendio de historia económica del Perú. Tomo 3.
Economía del periodo colonial tardío. Lima: IEP/BCR, 2010, p. 414.
2
Nelson Manrique. «Historia de la agricultura peruana», en Compendio de
historia económica del Perú. Tomo 5. La economía peruana entre la Gran
Depresión y el reformismo militar 1930-1980. Lima: IEP/BCR, 2014, p. 161.
3 El
Perú en marcha. Ensayo de geografía económica. Lima: Banco Italiano, 1941, p.
118.
4 El
área sembrada de algodón llegó a cubrir más de un cuarto de millón de hectáreas
anuales entre 1960 y 1964.
5 La
presencia del capital extranjero en las haciendas azucareras era predominante,
salvo en Cayaltí y Pomalca.
6 Rosemary Thorp y Geoffrey Bertram.
Perú. Crecimiento y políticas en
una economía abierta. Lima: Mosca Azul / Fundación Friederich Ebert /
Universidad del Pacífico, 1985, p. 351.
7 A partir
de 1976, el volumen de algodón consumido internamente por la industria textil
superó el volumen exportado. Fernando Eguren. «Evolución de la producción
algodonera», en Fernando Eguren, Jorge Fernández Baca, Fabián Tume. Producción
algodonera e industria textil en el Perú. Lima: Desco, 1981, p. 122.
8 En
el ámbito nacional, en el periodo intercensal, las áreas irrigadas se
incrementaron de 1 729 000 hectáreas a 2 580 000 hectáreas. En el año censal
2012, el 70 % de estas tierras estaban trabajadas. El 57 % —1 469 000
hectáreas— de las tierras bajo riego están en la costa, concentrados en seis
departamentos (Piura, Lambayeque, La Libertad, Lima, Ica y Arequipa), pero no
todas están efectivamente cultivadas. En los predios censados de la costa había
207 000 hectáreas no cultivadas por falta de agua; las áreas cultivadas eran
939 000 hectáreas. (Fuente: Resultados definitivos del IV Cenagro.)
Más
información en: www.larevistaagraria.org/
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